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Sin locas amistades, no tendríamos locos momentos y es que a veces son esas compañías las que nos impulsan hacia aquello que jamás nos atrevimos por cuenta propia, nos alientan a dar esos pasos de los que tanto dudamos, nos sacan de la rutina dibujando en nuestro rostro una infinita sonrisa, sin esas buenas amistades, no tendríamos excelentes momentos.