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Sientes que tocaste fondo, pero te juro que de ahí sales y cuando lo haces brillas, brillas como no te lo alcanzas a imaginar. El lugar en que estás no es definitivo y tampoco es el final de tu historia, porque dentro de ti está la luz de la esperanza, esa que te da fortaleza y de la cual debes echar mano para volver a levantarte con más sabiduría y con la certeza de que serás una mejor versión de ti a partir de aquí.