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Que nada nos defina. Que nada nos sujete, que sea la libertad nuestra propia sustancia. Somos más que etiquetas o expectativas, nuestra esencia es libre y cada día nos ofrece una oportunidad nueva para redescubrirnos, crecer y seguir evolucionando. Entonces dejemos que la libertad nos impulse, seamos dueños de nuestras creencias, sueños y constructores de nuestro destino, dejando al fin de lado el miedo a romper costumbres y moldes. Seamos auténticos y que la libertad nos guíe siempre.