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Qué ironía ponerse triste recordando momentos felices. Volver en el tiempo a aquellos lugares donde alguna vez nos invadió por completo la felicidad, muchas veces recordar hace que nuestro corazón se derrita por la nostalgia, al revivir cómo nos sentíamos entonces y al entender que ya no tenemos cerca a quienes hacen parte de esas bellas memorias, es algo triste sí, pero hermoso a la vez.