5
Que Dios me proteja de lo que mis ojos no ven y mis oídos no escuchan. De aquello que se mueve en silencio, aquello que se escode detrás de sonrisas falsas o intensiones ocultas. Que su protección me envuelva en medio de la oscuridad y cuando los peligros acechan sin hacer ruido. Dios me guíe y acompañe frente a lo invisible, apartándome de cualquier amenaza que venga hacia mi.