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Prepárate siempre para decir adiós, nada dura para siempre. Eso no significa que vivas en un estado de desapego constante, sino que puedas reconocer que cada experiencia por hermosa que sea, tiene un tiempo. Es así que debes disfrutar plenamente cada instante y dar lo mejor de ti, sin aferrarte a nada. Acepta el transito de cada quien, de cada cosa por tu vida, valora la libertad propia y la de los demás.