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No te mortifiques más, preocuparse no cambia nada, confiar en Dios sí. Él es tan inmenso y omnipresente que sabe lo que ahora mismo te está sucediendo, solo resta que entregues tus problemas, tus dudas, tus pensamientos y tus anhelos más grandes en sus manos y veras su obra maravillosa en cada aspecto de tu vida.