33
Ojalá hubiera días de visita en el cielo. Días en lo que pudiéramos cruzar esa delgada línea entre el aquí y el más allá por un momento para abrazar a quienes tanto extrañamos y poder conversar con quienes partieron demasiado pronto, para contarles todo lo que ha pasado y escuchar sus sonrisas nuevamente, sentir su amor en un cálido abrazo, haciéndoles saber que nunca se van de nuestros pensamientos y corazón. Sería estupendo sentir un alivio momentáneo a ese dolor permanente con el que de algún modo hemos tenido que aprender a vivir.