22
No tienes que aguantar lo que te destruye. No estás en este mundo para soportar lo insoportable, ni para acostumbrarte al dolor. No estás en la obligación de quedarte donde no floreces, donde tu luz se apaga un poco cada día. Nos enseñaron que resistir, es un acto de amor o de fortaleza y la verdadera fuerza está en soltar y alejarte de lo que te rompe, de aquello que no mereces vivir. No es egoísmo el cuidar de ti, es tener dignidad y amor propio. Ten una existencia en la que no sólo sobrevivas, sino en la que realmente vivas.