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No hay máquina del tiempo más preciosa, que una vieja canción, poder viajar a través de los años a esos lugares donde no teníamos preocupaciones, donde amábamos sin medida y el miedo no existía, podemos cantar con el alma y tener esa sensación de rejuvenecer, la música da un golpe directo al pecho y sin revivir sentimientos nos lleva justo al momento donde tanto y nada estábamos sintiendo.