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No digas palabras que tu corazón no sienta, calla tu soberbia y deja que el amor te abrace. Seamos honestos con nuestras emociones, hablemos sincera y auténticamente, no nos obliguemos a decir lo que no sentimos, sólo por congraciarnos con el mundo. Dejemos de lado el orgullo y la arrogancia que a veces se interpone en las relaciones y permitámonos disfrutar de lo intangible que nos conecta con esencia de la vida.