92
Nadie puede hacerte feliz hasta que primero estés feliz contigo. La alegría y el bienestar que buscas no proviene de lo que otros puedan ofrecerte, sino de tu amor propio y tu paz. Cuando aprendes a valorarte y aceptas tus imperfecciones, reconociendo tu valor, disfrutando de tu propia compañía; cuando te ames realmente como eres, es allí donde estarás en condiciones de compartir tu felicidad con quienes te rodeen de manera plena y genuina.