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Nadie es tan bello como quien ha soportado injusticias e inmensas tristezas y sobrevivió sin dejar dañar su tierno corazón, la hermosura que encierra un ser que pasó por lo peor y no permitió que su alma se endureciera es digno de admirar, porque se quedó con las enseñanzas y va por la vida compartiendo su conocimiento junto a esa bondad que habita en su ser.