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Me niego a seguir aferrándome a algo que no tiene futuro alguno. He aprendido que merezco invertir mi energía y mi tiempo en aquello que me nutra. Ya no deseo estar en un lugar que me desgasta y me impide avanzar; no es fácil soltar y aceptar la realidad tal como es, pero he adquirido un compromiso conmigo para hallar lo que me llene de paz y me genere un propósito. Quiero construir cimientos sólidos, porque sé que tengo el potencial de seguir floreciendo.