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La fe mueve montañas, el amor fronteras y la oración te acerca más a Dios. Llénate de fe para que tengas el valor de continuar, incluso cuando el camino parezca intransitable; abraza el amor para que reconozcas el valor que hay en ti, para que lo compartas y lo recibas, motivándote a más. Ora, para que te le cuentes a Dios tus temores y alegrías, Él está atento a escucharte porque te acompaña permanentemente y te guía con el poder de su amor.