La belleza física se admira, la espiritual se ama, una desaparecerá al paso del tiempo mientras que la otra se afianzará hasta el final de los días, hay momentos para disfrutar de ambas, para apreciar la bella obra de la vida, dejándonos deslumbrar por una cara bonita y así mismo maravillarnos por la compañía de una preciosa alma.