22
Gracias Dios por cuidarme y protegerme durante todo el día. Muchas gracias por ser mi refugio, por darme fuerza y llenarme de tranquilidad; tengo que agradecerte porque siempre estás en mis momentos más difíciles, ahí está tu presencia constantemente, guiándome hacia lo que me conviene y alejándome de lo que me puede dañar. Gracias por todo y por tanto.