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Dios te regaló un precioso día y ahora te prepara una tranquila noche. Fue una jornada productiva donde pusiste como siempre todo tu esfuerzo, ahora es tiempo de que descanses. Ya aprovechaste ese gran día que se te obsequio, ahora es momento de que te relajes y te recuperes en esta preciosa noche bendecida por Dios.