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Difícil. Esa es la palabra de la que veces nos aferramos para no intentar lo posible. Es un escudo que levantamos cuando el miedo influye en nuestra confianza y nos hace sentir que no somos demasiado buenos o fuertes y que cualquier tipo de esfuerzo que hagamos será en vano. Entonces nos justificamos y apagamos nuestras ganas, cerrando la puerta toda posibilidad de cambiar nuestra realidad. No dejes que la palabra «difícil» te detenga, recuerda tus victorias y no dejes que los temores te detengan.