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Cuando ya no esperas nada, la vida te sorprende con algo mejor. Cuando sientes que ya disté hasta la última gota de tu esfuerzo y piensas en renunciar, la vida te obsequia nuevas ilusiones y fuerzas, en esos momentos donde lo has perdido todo, hasta tus ganas; la vida te premia y te entrega nuevas oportunidades de volver a renacer con el doble de fortaleza.