Cualquier hombre puede llegar a ser un padre, pero se necesita un hombre especial para ser llamado papá, uno que haga su papel de corazón y no por obligación. Porque no se adquiere el título de papá simplemente por haber traído una vida al mundo, sino por darle a esa vida, su amor y su atención; siendo en lo posible el mejor ejemplo a seguir y una buena compañía que dé luz y alegría a esa personita maravillosa que vino al mundo.