Confía en Dios ¡su poder te salvará! No sueltes su mano ni te apartes de él, sigue acudiendo a su misericordia cada noche y cada mañana, levanta la mirada y tus oraciones al cielo, pídele perdón por tus errores y agradece todas sus bendiciones, Dios no se aparta de ti nunca y está siempre atento a rescatarte y prevenirte de cualquier mal y peligro.
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