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Aunque ande en valle de sombra, de muerte, no temeré mal alguno, porque tú estarás conmigo Salmos 23:4. A las sombras de presión, envidia, desilusión y derrota que a veces se presentan, no deberás temerles, ni a los enemigos, ni a los problemas que se te presenten porque Dios está contigo, Él no te desampara ni te abandona, confíale tu corazón y tu vida, pon en sus manos cada día Él está siempre, por eso no sientas ningún temor.