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Un corazón de piedra tristemente, es la mejor defensa en estos tiempos en los que nadie toma los sentimientos en serio, se nos volvió más sencillo convertirnos en seres apáticos y fríos para evitar ser heridos. El mundo se ha convertido en un lugar de relaciones fugaces, con gran desilusión podemos afirmar que a esta generación le quedo muy grande la palabra amor.