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Todo hombre recibe dos educaciones: La que le dan y la que él se da; esta última es la más importante. La primera le ofrece conocimientos, herramientas y valores que utiliza como base, pero la segunda lo lleva a cuestionarse, a ir más allá y crecer en otros aspectos, ahí es cuando se conoce y desarrolla sus capacidades. La educación que elegimos es la que tiene el poder de expandir nuestro pensamiento y darnos otras perspectivas sobre nuestra existencia.