Solté mis miedos para tomar tu mano y estoy tan feliz de no haberme equivocado. Sabes muy bien el temor tan grande que sentía de entregarle a alguien mi afecto, pero tu paciencia y tu comprensión lograron que liberara por fin mi corazón; me devolviste las ganas de confiar y entendí que el amor está lleno de emociones, de subidas y bajadas, pero que depende de ambos mantenernos firmes y libres.