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Sigue adelante, evita la prisa para que puedas pensar bien lo que haces. Pon la mirada en tus sueños y en lo que realmente te importa, sin perder claridad por el afán. La vida no es una carrera contra el tiempo, vas a tu ritmo en un camino que merece ser recorrido con tranquilidad. No dejes que la prisa nuble tu juicio, mantén la paciencia y la calma, para que la sabiduría siempre acompañe tu andar y así puedas disfrutar de tu viaje mientras aprendes y sigues creciendo.