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Quiero agradecerte. Sin ti no me hubiera enterado de lo mucho que prefiero mi soledad. Aprendí que no toda compañía hace bien y que el amor no es suficiente. Tu manera de llevarme a la soledad incluso en tu presencia, esa atención que me disté a medias, sin quererlo me demostró que no hay castigo en estar con uno mismo, porque en ese espacio pude volver a encontrarme y a recordar que soy suficiente. Ahora lo entiendo, a veces perder a alguien es la forma más clara de volver a recuperar la tranquilidad.