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Quien interfiere en el destino de los otros, nunca encontrará el suyo. Por estar pendiente de las acciones que toman los demás quizás pueda descuidar su propio camino, no hay que interrumpir los pasos de nadie, solo enfocarse en los que nos están conduciendo hacia nuestros anhelos; dejemos que cada quien avance en la medida que pueda hacia su propio destino.