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¡Buenos días! En las mañanas lo primero es elevar una oración a Dios y luego el café. Es reconfortante poder agradecerle a nuestro creador por esa vida tan maravillosa que nos concede, ese bello milagro de volver a despertar, ofrecerle el día que acaba de comenzar y pedirle que nos proteja y bendiga a lo largo de toda nuestra jornada, para después disfrutar de un delicioso y caliente café.