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Por suerte estás tú. Que sin importar los huracanes, siempre, siempre serás mi calma. En los momentos más complicados, cuando el mundo parece derrumbarse a mi alrededor tu paciencia, tu calma y tu amor incondicional me devuelven la paz, tu sola presencia me motiva a superar las dificultades. Cada palabra tuya resuena en mis pensamientos y me lleva a no tener ninguna duda de mis capacidades. Gracias por entenderme y soportarme, gracias por tanto.