35
No te atrevas a soltarme, mi corazón es tuyo y de nadie más. Te lo he entregado entero y sin reservas porque confío en ti como nunca antes confíe en alguien; me has devuelto la seguridad en el mundo y en mí. Quédate conmigo y disfrutemos juntos cada bonito día que pasa. No es una amenaza, simplemente quiero que sepas que no hay nadie más en mi vida y creo que después de ti tampoco lo habrá.