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No permitas que ningún ser humano te haga caer tan bajo como para odiarle. No le des el poder sobre tus emociones y tu bienestar, el odio distorsiona tus pensamientos y consume tu paz. No cedas ante las provocaciones y mejor intenta comprender los motivos detrás de las acciones del otro, todos somos humanos y cometemos errores. Libérate del peso del rencor y perdona, sin tolerar conductas repetitivas y sin rebajarte al mismo nivel, para que el odio no tenga control sobre ti.