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No culpes a la gente por decepcionarte, acepta que es tu culpa por esperar demasiado de los demás. La decepción puede residir en tur propias proyecciones y percepciones, así que acepta la responsabilidad por tus expectativas excesivas y reconoce la singularidad de cada individuo. Permite que las personas sean ellas mismas, en lugar de espera a que cumplan con tus visiones preconcebidas.