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La suprema felicidad de la vida es saber que eres amando por ti mismo, por quien realmente eres.. Sentir el amor genuino que no intenta cambiarte ni está condicionado a lo que haces o dejas de hacer, sino que surge de la aceptación de tu esencia. El saberte amado con tus virtudes e imperfecciones, te brinda la confianza de seguir en busca de tu crecimiento personal con tranquilidad, acompañado por ese apoyo incondicional que te impulsa a ser una mejor versión sin perder lo que te hace único, es la máxima felicidad.