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La apariencia del cuerpo no siempre es el reflejo del alma. Lo que se ve por fuera es apenas una capa superficial, moldeada por las experiencias y el tiempo. Sin embargo, aquello que se encuentra más allá de lo visible es lo que realmente nos define y perdura. Una sonrisa puede ocultar una tristeza profunda, así como detrás de una expresión seria puede esconderse un corazón cálido, es por ello que no se debe juzgar a las personas basándose en apariencias que nos alejen de conocer lo que realmente importa.