256
Gracias por no rendirte conmigo. Gracias por tu inquebrantable apoyo y por nunca haber renunciado a mí, por aceptarme con todos mis matices y peculiaridades. Por estar junto a mí en los momentos en los que sentía confusión y tristeza; tu comprensión y paciencia iluminaron mi camino, ayudándome a crecer y a comprender que puedo lograr mucho. Gracias por aceptarme sin juzgarme y por permitirme compartir abiertamente contigo mis temores, mis sueños y pensamientos. Me has dado la oportunidad para mejorar y aprender a tu lado, gracias por no rendirte, gracias por tanto.