123
Estar sin ti o estar contigo, ya me da lo mismo. Toda esa alegría que sentía al ver uno de tus mensajes o tus llamadas se ha desvanecido, dejaste de ser constante y me contagiaste esa intermitencia, ya ni me pregunto cómo estarás, ni me animo a saludarte o entrar en tu vida por unos instantes; ya no me siento triste ni feliz, pero lo que si me sorprende es que ya me da igual si sé o no algo de ti.