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Eres inevitable como el café en mis mañanas. Te dedico mis primeros pensamientos del día, porque a través de tu recuerdo me lleno de energía para salir de la cama. Me encanta saludarte y desearte lo mejor para cada jornada que inicias; sigue adelante poniendo por entero el corazón en cada esfuerzo, sé que muy pronto abrazarás todo cuanto sueñas.