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En tu trabajo eres reemplazable, en tu vida no. Por más esfuerzo, dedicación y talento que aportes, siempre habrá quien pueda ocupar tu lugar si decides marcharte. Pero en el corazón de quienes te aman, en los momentos que compartes con quienes realmente te importan, eres irremplazable. Nadie puede ocupar tu lugar en la familia, en la amistad. Es cierto que estás trabajando para poder tener tranquilidad, pero no dejes que eso te aleje de quienes te aman, cuida de tu bienestar, prioriza tu felicidad, el estrés enferma y tu valor no se mide por la productividad sino por tu humanidad.