El sufrimiento tarda el tiempo que te demores en aceptarlo. Porque mientras luchas contra lo que ya ocurrió, el dolor se aferra y se repite una y otra vez, pero cuando decides aceptar, sin luchar, sino comprendiendo, algo dentro de ti comienza a sanar. Aceptar no es olvidar lo ocurrido, pero libera el alma de la carga; mira tu herida y reconoce lo que dolió, lo que marcó, pero también lo que transformó. El sufrimiento no desparece de la noche a la mañana, se disuelve cuando dejas de pelear con la realidad y comienzas a abrazar lo que es. Todo tiene un propósito, incluso lo que no entiendes inmediatamente.
EL SUFRIMIENTO TARDA EL TIEMPO QUE TE DEMORES EN ACEPTARLO
9