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El modo de dar una vez en el clavo es dar cien veces en la herradura. Nadie nació siendo un experto en lo que hace, antes de cualquier acierto hay una cantidad considerable de errores que nos conducen a desempeñarnos mejor en lo que hacemos y a tener menos desaciertos. La experiencia y la paciencia son los que nos llevan a convertirnos en seres más precisos y capaces.