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El corazón es el único instrumento que aún roto, trabaja. Sacando fuerzas de donde no las hay para seguir con su labor de llevar sangre a todas partes por inercia, aunque ya no quiera vivir, hecho mil pedazos no deja de latir; aunque todo vaya en contra y conozca el sabor de la amarga derrota, sigue adelante porque conoce su valor, además de saber que puede volver a ser más fuerte y mejor que antes.