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Déjate guiar, no especules, confía, sé paciente y aprende durante cada proceso. No te adelantes a los resultados, vas a tu propio ritmo y la vida se desarrolla en su propio tiempo, por eso debes confiar en el proceso y en ti, así que ten paciencia porque las mejores cosas toman tiempo. Aprende cada día de todas las situaciones que vivas, incluso de los momentos difíciles porque allí hallarás las lecciones más valiosas para tu crecimiento espiritual y personal.