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Confía en Dios y en su voluntad, mantén intacta tu fe aunque todo deje de marchar como deseas, no dejes que la impaciencia se apodere de tu corazón y amargue tu vida, en cada batalla que libras, la presencia de Dios se manifiesta, asume las consecuencias de tus acciones, recuerda lo que te ha llevado hasta tu momento actual. Dios no te abandona, confía en sus decisiones Él tiene tu bienestar en sus manos.