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Aunque la vida no sea perfecta y mucho menos justa, no te olvides de ser feliz. Sé feliz por tu existencia, por tus valores y creencias, alégrate al recordar esas veces en que la vida te sonrió y te entregó lo mejor; no te aflijas por los momentos amargos, ten confianza en que no serán eternos y supéralos siempre con tu mejor cara.