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Así está el mundo, lleno de gente esperando a aquellos que un día dejaron ir y de personas que no desean regresar más. Quedan muy pocos que en el momento justo, valoren y hagan todo por conservar a quienes les aman y rodean, mientras tanto otros no hacen absolutamente nada por conservar la dicha que tienen, la dejan escapar; para que después los arrepentimientos les dejen ese trago amargo de la espera y a otro con la convicción de no volver jamás.