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A veces tenemos que rompernos para volver a florecer. En esos momentos donde sentimos que todo se desmorona y todo se vuelve un caos personal, es cuando debemos enfrentar nuestras sombras, observar esas debilidades que nos envuelven y soltar todo aquello que ya no sirve, permitiendo así, que la luz entre en nuestras vidas por aquellas grietas dándonos la fuerza para ver cómo a través de ellas renace la esperanza y la posibilidad de un nuevo comienzo.