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No es tiempo de rendirse, es tiempo de confiar en Dios, no decaigas ante las dificultades recuerda quien ha estado contigo desde que tu corazón comenzó a latir en el vientre de tu madre, Él no te desampara en ningún momento por eso no pierdas tu fe, Dios sigue firme guiándote y protegiéndote en cada uno de tus días.