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Lo que me preocupa no es que me hayas mentido, sino que, de aquí en adelante ya no podré creer en ti, lastimosamente pondré en duda cualquier cosa que asegures y aunque jures siempre dudaré de ti, has perdido definitivamente la confianza absoluta que te brindé. Prefiero la honestidad, por mucho que a veces ésta duela y aun sabiendo eso, te dio igual mentir.